Una adecuada preparación previene el deterioro del agua, protege los equipos y facilita un mantenimiento más económico y sencillo en primavera.
Limpieza exhaustiva antes de cubrir
Antes de cerrar la piscina por la temporada invernal, es esencial realizar una limpieza a fondo. Eliminar hojas, insectos y residuos del fondo y las paredes ayuda a evitar la aparición de algas y manchas. Los expertos sugieren cepillar las superficies y utilizar el limpiafondos para quitar cualquier suciedad acumulada durante el verano.
Una vez que esté limpia, es recomendable revisar los niveles de pH, alcalinidad y desinfectante. Mantener el pH entre 7,2 y 7,6 previene la corrosión o la formación de cal. También se aconseja aplicar un producto invernador que mantenga el agua en óptimas condiciones durante los meses sin uso.
El nivel del agua debe estar por debajo de los skimmers si se van a instalar cubiertas o lonas térmicas, evitando así posibles desbordamientos debido a las lluvias invernales.
Las lonas térmicas son uno de los mejores recursos para proteger la piscina en invierno. Ayudan a conservar la temperatura del agua, reducen la evaporación y evitan que se acumule suciedad. Además, contribuyen a la seguridad del área circundante, especialmente en hogares con niños o mascotas.
Empresas locales especializadas como Julypool, que ofrecen servicios de mantenimiento y accesorios para piscinas, recomiendan seleccionar una cubierta adecuada al tamaño y forma del vaso para asegurar una protección efectiva durante todo el invierno.
El sistema de filtración no debe permanecer completamente inactivo durante el invierno. Programar la bomba unas horas cada semana evita que el agua se estanque y previene depósitos de cal o algas. También es importante revisar filtros, válvulas y tuberías para garantizar su correcto funcionamiento.
No se recomienda vaciar la piscina salvo en situaciones muy específicas. Además del alto consumo de agua que esto implica, puede causar daños estructurales en el vaso debido a la presión del terreno. Mantener el agua tratada y cubierta es la opción más sostenible y económica.
Dedicando un poco de tiempo a preparar la piscina para el invierno se traduce en menos trabajo y menores gastos en primavera/verano. Acciones simples como cubrirla con una lona térmica, mantener equilibrados los químicos del agua o revisar el sistema de filtración pueden marcar una gran diferencia.
